Soluciones tecnológicas contra el hambre

Mientras la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONUAA) calcula que actualmente, en el mundo, se desperdician 1,300 millones de toneladas de alimentos que todavía están en estado comestible, en Argentina ya existen aplicaciones que, a través del uso de la tecnología, intentan combatir el hambre y el desperdicio de comida.

App de Banco de Alimentos

Utilizando tecnologías de punta como la geolocalización, big data, tableros de visualización y algoritmos de optimización de rutas, estas aplicaciones sirven para rescatar alimentos que están a punto de desperdiciarse y llevarlos lo antes posible a comedores sociales que los necesitan.

"Usamos la tecnología con un fin social y ambiental", describe Lamónica, creador de la startup Nilus, que conecta a empresas de alimentos que están por ser desperdiciados con comedores sociales. El sistema funciona al estilo Uber y conecta mediante una aplicación a generadores de alimentos y posibles desperdicios, con transportistas y organizaciones sociales que pueden aprovechar esa comida que de otra manera iría a la basura.

El Banco de Alimentos de Buenos Aires cuenta con una aplicación similar: su directora, Marisa Giráldez, explica que la plataforma cuenta con un sistema de geolocalización que permite a la institución que recibirá los alimentos ver qué donaciones hay disponibles en momento real. Si ésta elije tomar una donación, el banco de alimentos se asegura (a través de la aplicación) de que uno de los voluntarios tome el pedido y lo lleve a la organización que lo necesita. “Queremos que el proceso de donación sea más rápido y eficaz, evitando el paso de los alimentos por el depósito o que la organización que los recibe tenga que pasar a buscarlos", señala Giráldez.

Al no contar con stock ni depósitos, la clave es procesar la información sobre oferta y demanda de alimentos y transportes disponibles al instante, para realizar las entregas en cuestión de horas. Gracias a estas herramientas, los encargados de los comedores y organizaciones comunitarias pueden ver la oferta de alimentos en sus celulares. Además, las aplicaciones analizan el perfil de cada entidad para restringir esta oferta en función de la cantidad de asistentes, si brinda almuerzo o sólo merienda, ubicación, etc. Cuando una entidad realiza un pedido, se dispara una convocatoria a los transportistas y aquellos que tienen disponibilidad aceptan el viaje. Pueden inscribirse transportistas independientes o agrupados en empresas y cooperativas. Los choferes deben contar con registro profesional y vehículos adaptados para transportar alimentos frescos o que requieran cadena de frío.

Por ahora, los sistemas funcionan mediante acuerdos con grandes generadores de desperdicio de alimentos y redes de comedores comunitarios; pero la idea es ir llevándolo hasta los comercios y verdulerías minoristas, así como a merenderos y comedores barriales más pequeños.

A medida que la plataforma crece en número de usuarios y volumen de datos, se pueden aplicar algoritmos para que, a partir del historial de pedidos, se puedan predecir las necesidades de cada comedor comunitario y alimentos disponibles para donar.

Giráldez asegura que, si el programa permite incrementar las donaciones en una cantidad considerable, existirá la posibilidad de llegar a aún más familias que lo necesiten, uniendo así la oferta con la demanda, en base a la información.

 

Fuentes: 

https://www.lanacion.com.ar/tecnologia/nilus-app-comida-no-se-desperdicie-llegue-nid2320821

https://www.lanacion.com.ar/comunidad/entregan-mas-5-millones-alimentos-lanzaron-app-nid2269355