Según el científico social Michal Kosinski, basta con conocer entre 100 y 250 likes de una persona en Facebook para saber su orientación sexual, su origen étnico, sus opiniones políticas, sus creencias religiosas, su grado de felicidad…
Sabiendo que el Big Data es capaz de todo esto, Netflix ha sabido aprovechar como nadie las posibilidades que ofrece esta tecnología. Gracias al análisis de una enorme cantidad de datos, la plataforma no decide sus contenidos según la voluntad de unos pocos directivos, sino que estudia los hábitos de sus consumidores.
A través de la conexión, se almacenan todos los datos de navegación de los espectadores:
Qué buscan.
Desde qué dispositivos buscan.
Cuál es su día preferido.
Cuánto tiempo emplean en el servicio y en cada uno de los contenidos.
Si ven los capítulos enteros o parcialmente e, incluso, qué fragmentos vuelven a visualizar.
En qué momento abandonan el video y si lo recuperan o abandonan.
Las valoraciones de los espectadores.
Qué preferencias tienen en común con sus amigos o con la audiencia de su misma zona geográfica.
La información de sus perfiles en redes sociales.
Todo ese conocimiento, esa inteligencia, hace que la definición de cada producto, cada programa, deje de estar librado al azar y se convierta en una ciencia exacta. La información que han recopilado durante casi 20 años es lo que les permite decidir qué películas y series incluir en la plataforma, e incluso ofrecer una programación adaptada a los datos que ha recogido, almacenado y analizado de los espectadores de cada región.
Gracias al Big Data, Netflix ha logrado garantizar el éxito de sus productos, que le han valido varias nominaciones a los Emmy, los Globos de Oro e incluso a los Óscar. Mientras las cadenas convencionales de televisión tienen 35% de posibilidades de triunfar al lanzar una nueva serie; para Netflix esas posibilidades ascienden al 70%! Todo gracias al análisis exhaustivo de su audiencia.
Además, Netflix es capaz de determinar cuántas horas al mes debe utilizar el servicio cada suscriptor para evitar que se dé de baja. De manera que, cuando detecta que la cuota media de uso es inferior a la que ha identificado, toma medidas para incrementarla. La plataforma aplica técnicas que facilitan que el usuario continúe en la aplicación una vez que acaba de ver el contenido elegido: en el caso de las series, cuando finaliza un capítulo se reproduce automáticamente el siguiente; y cuando se trata de películas, la plataforma lanza recomendaciones de otros contenidos (personalizados según los datos que tenga de ese consumidor) justo antes de que aparezcan los créditos.
El broche de oro de su éxito: facilitarle tanto las cosas al consumidor que solo tiene que pulsar un botón... y está indicado en la misma pantalla.