El especialista en temas de tecnología vinculada al urbanismo, Vicente Eduardo Graniello Pérez, adelanta que “Con la buena aplicación del Big Data, y un trabajo de planificación y urbanismo detallado, problemáticas como el tráfico, el congestionamiento vial, el retraso de trenes o metros, estacionamientos saturados o sobrepoblación en los servicios de transporte podrán ser erradicadas en ciudades cosmopolitas, dando paso a una era en la que la movilidad urbana será mucho más eficiente, segura y ambientalmente sostenible”.
A nivel global, los gobiernos están buscando implementar estrategias y alternativas ligadas a las nuevas tecnologías para convertir los espacios en Ciudades Inteligentes que prioricen la optimización y aprovechamiento de recursos, contribuyan a mejorar la calidad de vida de sus habitantes y, además, sean acordes a las demandas ambientales.
A este fin, muchas compañías tecnológicas han desarrollado Sistemas Inteligentes de Transporte (ITS) que, basados en Inteligencia Artificial (IA), Internet de las Cosas (IoT) y Big Data, centralizan los datos de distintos subsistemas: el subsistema semafórico, cámaras de circuito cerrado, radares de control de velocidad, sistemas de conteo de tráficos y hasta estaciones meteorológicas. Se trata de un nuevo escenario en el cual la integración de estos sistemas facilita un control inteligente, optimizado y automatizado del tráfico. Estas tecnologías permiten realizar el análisis de grandes volúmenes de datos, contribuyendo a la toma de decisiones operativas para simplificar y automatizar los procesos.
Gracias a la analítica avanzada que permiten los ITS, se pronostica que, en algunos años, estos sistemas contribuirán a mejorar la experiencia de los viajeros al ser capaces de predecir múltiples situaciones; por ejemplo, se podrán mitigar atascos desde centros de control de tráfico automatizados, que podrán guiar vehículos autónomos o responder en tiempo real a un accidente enviando coches por otras vías. Existirá una comunicación de los vehículos entre sí y con la infraestructura.
Hoy en día, podemos ver resultados positivos, aunque más conservadores. A partir de los datos de los ITS, se modifican las rutas de los trasportes de carga basándose en datos de tráfico en tiempo real, las condiciones climáticas y de la ruta, logrando así optimizar y reducir los tiempos en traslados y sus costos operativos. Su impacto ambiental también es menor en comparación con las estrategias y rutas empleadas originalmente. En algunos países más avanzados, ya operan las primeras carreteras inteligentes donde hay interconexión de vehículos, los aeropuertos y puertos cuentan con hubs inteligentes que contribuyen a mejorar su operatividad, y hay movilidad urbana integrada, lo que impacta de manera positiva en la vida de los habitantes.
Si bien aún falta bastante para considerar estos sistemas inteligentes a nivel global, es innegable el potencial que ofrece la tecnología y especialmente el Big Data para analizar enormes cantidades de datos en pos de mejorar la movilidad urbana e interurbana.